La vida de la mujer en el sXXI está llena de retos novedosos. La condición de la mujer se ve como atemporal, como si siempre hubiéramos estado sujetas al esquema burgués del s XIX. Esto es falso, solo a partir de la época Victoriana hemos sido humilladas, reducidas y subordinadas por completo al padre y al marido. El movimiento feminista de las sufragistas estadounidense ayudó a las mujeres del mundo a luchar por su voto, por el trato igual en el trabajo, a poder ser dueñas de nuestra propia cuenta de banco, a poner negocios y manejarlos, tener potestad sobre nuestras propiedades. Todo esto al lado del modelo de frustración aspiracional de la super mujer, que alcanzó su paroxismo en la década de los ochentas, cuando yo estaba desarrollándome.
Debemos aspirar a ser poderosas ejecutivas y a la vez bellas, sexys y elegantes. Debemos ser exitosas a la vez que tenemos un guapo compañero. Al mismo tiempo, tener nuestra casa impecable y a los hijos bien criados.
Solo de escribirlo ya me cansé, me agoté y no me quedó ni un minuto del día para cepillarme los dientes.
Mi aspiración y mi modelo es mucho menos ambicioso y más realista.
En mi secreter guardo una lista de mis metas, desde las grandes y sublimes, como acabar con el racismo, hasta las mundanas y sencillas como depilarme el bigote permanentemente con láser.
Aspiro a no sólo sostener a mi hija, sino a amarla incondicionalmente, guiarla y sobre todo a acompañarla el mayor tiempo posible.
Con estas metas y la necesidad de tener una casa con la higiene mínima aceptable ya me consumen las 24 horas de cada día.
Además tengo que estudiar para mantenerme actualizada en mi nivel profesional, investigar sobre enfermedades raras que encuentro en mis pacientes. Tengo que escribir para sacar desde dentro toda mi creatividad e inquietudes.
Por eso desde ahora les presento mi manifiesto:
Voy a vivir mi vida sin temor, Voy a ser quien en realidad quiero ser, Voy a darle la bienvenida al cambio, voy a desatar a la guerrera en mi interior y no le voy a pedir perdón a nadie por nada.
Es un manifiesto que dará pie a muchas reflexiones y elucubraciones, así como consejos prácticos sobre lo que significan para mi cada una de estas afirmaciones.
Vivir sin miedo recientemente ha sido difícil, ya que he temido mucho que la pérdida de cosas materiales signifique una pérdida de la autoestima, pero no es así. Reduje mi guardarropa de manera drástica y me quedé con cuatro pares de pantalones, dos mallones y diez faldas, diez camisetas y tres blusas. Creo que tengo muchas faldas, pero con un pantalón blanco, uno negro y dos jeans puedo vestir mejor que buscando en dos closets llenos de ropa algo que ponerme. En mi caso la ausencia de opciones me hace tener que elegir mejor, y se que es así por comentarios de mis amigos.
Vivir sin temor es duro en un país lleno de nota roja cotidiana, inmerso en una "guerra" contra algo impersonal. Pero yo se que pasos tomar en contra
1.- Estar siempre atenta, caminando con paso firme y confiado, contestando a cualquier agresión verbal, no tolerando a hombres en vagones designados para mujeres en metro y metrobus.
2.- Hablar siempre con vecinos y conocidos, hablando también con desconocidos en la calle. No hay nada que prevenga más una agresión como la comunicación y la cortesía.
3.- Hacer ejercicio físico. No hay nada para vivir sin miedo más poderoso, que la confianza en mi propia velocidad de reacción y fuerza para sentirme poderosa y confiada.
4.- Hacer gimnasia mental. Está demostrado que entrenar la mente mantiene todos los canales hacia adentro y hacia afuera en un estado óptimo, previniendo así la parálisis que provoca el temor.
¿Tienes alguna sugerencia? Me encantaría conocer tus pensamientos y reflexiones en contra del miedo, a favor del feminismo y del humanismo y por un cotidiano más amable y disfrutable.
Debemos aspirar a ser poderosas ejecutivas y a la vez bellas, sexys y elegantes. Debemos ser exitosas a la vez que tenemos un guapo compañero. Al mismo tiempo, tener nuestra casa impecable y a los hijos bien criados.
Solo de escribirlo ya me cansé, me agoté y no me quedó ni un minuto del día para cepillarme los dientes.
Mi aspiración y mi modelo es mucho menos ambicioso y más realista.
En mi secreter guardo una lista de mis metas, desde las grandes y sublimes, como acabar con el racismo, hasta las mundanas y sencillas como depilarme el bigote permanentemente con láser.
Aspiro a no sólo sostener a mi hija, sino a amarla incondicionalmente, guiarla y sobre todo a acompañarla el mayor tiempo posible.
Con estas metas y la necesidad de tener una casa con la higiene mínima aceptable ya me consumen las 24 horas de cada día.
Además tengo que estudiar para mantenerme actualizada en mi nivel profesional, investigar sobre enfermedades raras que encuentro en mis pacientes. Tengo que escribir para sacar desde dentro toda mi creatividad e inquietudes.
Por eso desde ahora les presento mi manifiesto:
Voy a vivir mi vida sin temor, Voy a ser quien en realidad quiero ser, Voy a darle la bienvenida al cambio, voy a desatar a la guerrera en mi interior y no le voy a pedir perdón a nadie por nada.
Es un manifiesto que dará pie a muchas reflexiones y elucubraciones, así como consejos prácticos sobre lo que significan para mi cada una de estas afirmaciones.
Vivir sin miedo recientemente ha sido difícil, ya que he temido mucho que la pérdida de cosas materiales signifique una pérdida de la autoestima, pero no es así. Reduje mi guardarropa de manera drástica y me quedé con cuatro pares de pantalones, dos mallones y diez faldas, diez camisetas y tres blusas. Creo que tengo muchas faldas, pero con un pantalón blanco, uno negro y dos jeans puedo vestir mejor que buscando en dos closets llenos de ropa algo que ponerme. En mi caso la ausencia de opciones me hace tener que elegir mejor, y se que es así por comentarios de mis amigos.
Vivir sin temor es duro en un país lleno de nota roja cotidiana, inmerso en una "guerra" contra algo impersonal. Pero yo se que pasos tomar en contra
1.- Estar siempre atenta, caminando con paso firme y confiado, contestando a cualquier agresión verbal, no tolerando a hombres en vagones designados para mujeres en metro y metrobus.
2.- Hablar siempre con vecinos y conocidos, hablando también con desconocidos en la calle. No hay nada que prevenga más una agresión como la comunicación y la cortesía.
3.- Hacer ejercicio físico. No hay nada para vivir sin miedo más poderoso, que la confianza en mi propia velocidad de reacción y fuerza para sentirme poderosa y confiada.
4.- Hacer gimnasia mental. Está demostrado que entrenar la mente mantiene todos los canales hacia adentro y hacia afuera en un estado óptimo, previniendo así la parálisis que provoca el temor.
¿Tienes alguna sugerencia? Me encantaría conocer tus pensamientos y reflexiones en contra del miedo, a favor del feminismo y del humanismo y por un cotidiano más amable y disfrutable.
Dra. Javiera...
ResponderEliminarSiendo escritora y poeta brasileña apasionada por el tema "Mujer", en especial por la sexualidad femenina y su relación con el amor en Eros (sus sentimientos amorosos), por cierto su blog motivó mi interes.
En visitación a sus textos, a mi me encantó sus ideas, sin duda originadas en muy rara inteligencia y muy desenvolvida intelectualidad y una filosofia de vida apoyada en realismo positivo y incitador.
Hablar de la mujer y A LA MUJER de latinoamérica es más que un trabajo social necesario y urgente; es una misión solo posible a quien tiene la sensibilidad a fluir en sus venas. La misma sensibilidad a motivarme en la creación de mi blog Chá.com Letras, adonde tu es bienevida:
www.chacomletras.com.br
Acepte mis congratulaciones por iniciativa tan importante en la rede internet de comunicación. En nombre de las mujeres brasileñas manifiesto mi gratitud.
Abrazo de su lectora
Leila Brito
desde Brasil - Minas Gerais - Belo Horizonte, en la tarde de 19 OUT 2010.
Bien, muy bien, sabes que puedes contar conmigo. Felicidades. P. D. Ya te extrañaba. Besos
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